Anoche soñé que me decapitaron. Pero no fue una pesadilla. Recuerdo sentir como la cabeza sin resistencia alguna se desprendió de mi cuerpo y flotando en el aire, iba perdiendo conocimiento y entrando en un estado de fantasía alucinógena, feliz. Una cabeza sin cuerpo volando por el cielo, cada vez menos consciente del mundo terrenal.